Si aún no has aprendido a regatear, completarás tu educación en Taxco. La ciudad es el centro plateado de México. Puedes pasar todo el día visitando decenas de tiendas, con verdaderas obras de arte, y reservar horas para regatear hasta caer rendido. Créeme, nada te hará más feliz que comprar un hermoso artículo por una fracción del precio que se muestra en un escaparate. Las ferias de larga duración también parecen dar un gran placer a los vendedores.
Taxco también es una ciudad de calles estrechas y muy empinadas. Si no has dominado el arranque cuesta arriba, no vengas aquí en coche. No intentes conducir hasta aquí si no puedes evitar los coches que se aproximan «tan gruesos como un trozo de papel». Y, por último, asegúrate de tener un muy buen seguro, que cubra los arañazos y las abolladuras. Decorar el coche con numerosos arañazos parece ser uno de los atractivos (ni mucho menos opcionales) de esta bonita localidad. Si estás en México, Taxco es un lugar de visita obligada. No verás tales vistas en ningún otro lugar.
Nuestro primer día aquí solo se vio arruinado por un incidente menor. La necesidad de encontrar un dentista. Sin embargo, las visitas a varios consultorios hicieron que el dolor de muelas desapareciera «como una mano». La vista de herramientas dentales antiguas ahuyentará al tipo más duro. Pedir anestesia es un signo de debilidad aquí y trae vergüenza al hombre.